La formación española invierte 9h 39 minutos y 26 segundos en completar la dura cuarta etapa dentro de la categoría Challenge New Energy, tiempo que les habría situado en 23º lugar absoluto entre los T5
Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Jordi Ballbé sortean una complicada jornada sin demasiados apuros, salvo un pequeño susto en la última duna del día resuelto gracias a la pericia del piloto del equipo
José Luis Criado: “Estamos muy felices de haber superado otro día y que nuestro camión siga funcionando a pleno rendimiento con hidrógeno”.
El KH-7 Epsilon Team ha demostrado toda su pericia y experiencia en la cuarta etapa del Dakar, cuyos 425 km se trazaban mayoritariamente en zonas arenosas y repletas de gigantescas dunas de gran dificultad. El equipo, cuyo sistema de alimentación por gasóleo e hidrógeno sigue funcionando sin el más mínimo problema, ha invertido 9h 39’ 26” en completar la especial dentro de la categoría Challenge New Energy, crono que les habría situado en 23ª plaza entre los T5, pese a arrancar en última plaza del día, quince minutos más tarde que el último camión.
Se dice que la veteranía es un grado, y esta es una de las características por las que sobresale el equipo humano en cabina del KH-7 Epsilon Team. La etapa de hoy lo ha demostrado. Apuntaba a ser la primera gran criba de este Dakar, y su recorrido ha estado a la altura de las previsiones, como recuerda José Luis Criado: “El inicio de la etapa era realmente precioso, con un marco de piedras gigantescas envueltas de arena. De hecho, la cosa iba hoy de dificultades de gran tamaño, porque luego han llegado unas dunas altísimas y muy difíciles de trazar, aderezadas poco después con el terreno rompedor y un final complicado en materia de navegación”.
En este difícil recorrido, la anticipación y la vista de Criado y Ballbé, unidas a la pericia de Jordi Juvanteny al volante, han demostrado ser la combinación vencedora para superar esta desafiante jornada: “Hemos conseguido sortear las primeras dunas sin ningún error. Y eso que algunas eran verdaderamente imposibles de franquear, y te forzaban a buscar inmediatamente otro paso. En este sentido, los tres hemos hecho buen equipo para seguir añadiendo kilómetros”, detalla Juvanteny, el piloto. A medida que sumaba kilómetros, el equipo español ha ido superando rivales. Prueba de su elevado ritmo de carrera es el hecho que han llegado a dejar atrás a camiones que habían iniciado la especial una hora antes que ellos.
El MAN naranja sigue utilizando a pleno rendimiento su alimentación dual por gasóleo e hidrógeno –gas que, por cierto, hoy ha llegado casi a la reserva entre la larga especial y el enlace de regreso al campamento–, un sistema que continúa sin registrar el más mínimo problema desde el inicio de la semana.
El único susto de la jornada ha llegado, paradójicamente, en los compases finales del día, y no era de índole técnica, como relata Jordi Ballbé: “En los últimos kilómetros de esta rompedora etapa debíamos hacer frente a unos descensos por arena muy peligrosos. Y en la última duna del día hemos estado a punto de embarrancar el camión. Nos hemos quedado escorados hacia el lado de Jordi, que ha reaccionado exhibiendo sus mejores dotes de conducción para recuperar el equilibrio e iniciar el descenso final para afrontar unos últimos kilómetros previos a la meta de pura navegación. Al final, estamos muy felices de haber superado otro día y de que nuestro MAN con hidrógeno siga funcionando a pleno rendimiento”.
El camión del KH-7 Epsilon Team repostará de nuevo casi hasta arriba sus tanques de gasóleo e hidrógeno en las próximas horas de cara a una jornada que se prevé muy dura. El segundo bucle con salida y llegada a Ha’il, quinta etapa del Dakar, reserva 374 km cronometrados trazados íntegramente sobre dunas y arena. El reto está servido
