El KH-7 Epsilon Team consigue salir de las dunas y llegar a Dammam con su camión híbrido de hidrógeno

16 januari 2023  

Rescatado el camión del equipo español de su remoto emplazamiento en las dunas del Empty Quarter con la ayuda de cuatro coches y tras pasar 48 horas en el desierto.

El incidente ha servido, también, para demostrar la seguridad del sistema de hidrógeno y también su fiabilidad, ya que han podido consumir el remanente de gas en el tramo por carretera hasta el podio final de Dammam.

Acabamos felices de haber sido pioneros y satisfechos de haber demostrado que esta tecnología es viable y que se puede hacer una carrera más limpia”, concluye Jordi Juvanteny.

Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Jordi Ballbé han llegado esta noche a Dammam al volante del MAN del KH-7 Epsilon Team impulsado por su mecánica híbrida de gasóleo e hidrógeno tras superar un rescate heroico de su vehículo en las dunas del Empty Quarter, donde volcaron el pasado viernes. Tras pasar dos noches al raso, el equipo español ha conseguido poner en marcha su 6×6 esta mañana hacia las 10h como colofón a una operación muy compleja y que han resuelto con la colaboración de cuatro coches de la organización. Juvanteny, Criado y Ballbé, pioneros en la introducción del H2 en la carrera más dura del mundo, valoran muy positivamente su contribución tecnológica a la competición, que ayudará a hacer del Dakar una propuesta más sostenible en el futuro inmediato.

 

El prólogo de la película final del KH-7 Epsilon Team en el Dakar 2023 es una proeza, la de su actuación en la etapa entre Shaybah y el Empty Quarter. En una de las especiales más difíciles que se recuerdan para los camiones, el equipo español concluyó la jornada con solvencia y presumiendo de forma merecida de un tiempo acumulado en competición que los situaría, de estar inscritos en categoría FIA, en el 16ª plaza absoluta, pese a afrontar cada especial los últimos en el orden de salida. Sin embargo, en la etapa 12, la fortuna que les venía acompañando desde el primer día de 2023 les dio, de golpe, la espalda. Lo resume José Luis Criado: “El recorrido se parecía mucho al del día anterior, con dunas y más dunas. La concentración en cabina era máxima, y veníamos sorteando cada waypoint con sufrimiento, pero con éxito. En esa jornada debemos confesar que dimos un estirón a un par de Tatras, que pidieron nuestra eslinga pese a que el reglamento no se lo permitía, y es que la especial estaba siendo muy cruel con los camiones. Hasta que llegó una duna enorme en el kilómetro 93, a 600 metros del 28º punto de paso del libro de ruta. Nos encontramos en ese lugar con otros tres camiones punteros, todos intentando buscar el paso más adecuado. Nosotros nos aventuramos por un camino donde no había huellas, pero nos siguió faltando poco para coronar… El problema es que, tras recular yendo marcha atrás topamos con una cresta y caímos hacia el costado derecho. ¡Una fatalidad!”.

 

Empezaban los problemas para el equipo, que por su retrasada posición de salida caminaba cada día, literalmente, en el alambre si sufrían el más mínimo incidente, ante la falta de rivales que pudiesen asistirles. Sigue la película Jordi Ballbé: “Fue el único momento de este Dakar en que no tuvimos suerte. Estábamos los tres colgados de nuestros cinturones y escapamos por la ventana de Juvanteny tras cortar el encendido y cerrar rápidamente la alimentación de hidrógeno. Eran las 16.30h de la tarde, así que nos quedaba apenas hora y media de luz solar. Por la zona apareció un Tatra que intentó estirarnos, pero entre sus pocas ganas y nuestro elevado peso resultó imposible. Nos quedamos solos en el desierto esperando ayuda”.

 

Acababa allí su aventura en carrera y comenzaba la odisea del rescate del camión, que inició con una primera ayuda por aire, como explica Jordi Juvanteny: “No tardó en aterrizar cerca de nuestra posición un helicóptero de la ASO con personal médico y raciones de comida y agua. Pasaron toda la noche cerca de nosotros por motivos de seguridad. Entre tanto, contactamos por Iritrack con la organización para sugerirles si podía venir a ayudarnos una máquina que trabajaba en una pista a 20 kilómetros de nuestra posición, pero la idea no resultó por cuestiones de protocolo. Así que sacamos los sacos de dormir a la arena e intentamos descansar… sin demasiado éxito”.

Al día siguiente, este sábado, Juvanteny, Criado y Ballbé debieron esperar hasta las 15.30h para ver llegar la ayuda. Continúa la historia José Luis Criado: “Pasábamos el día a la sombra de nuestro amigo, el camión, siempre protector hasta en los peores momentos, y con la idea de pasar una larga temporada en el desierto. Y a las 15.30h un ruido nos sobresaltó: eran motores de coches que llegaban como si fueran el Séptimo de Caballería. Al principio nos decepcionó ver tan sólo a un par de todoterrenos, pero la llegada de camiones a la zona era inviable. El equipo de rescate lo formaba personal multinacional y muy experimentado… así que empezó el debate”.

Los rescatadores, pronto reforzados con la llegada de dos coches más, y los integrantes del KH-7 Epsilon Team sopesaron varias posibilidades hasta dar con una opción que permitía salvar el camión, como explica Juvanteny: “La operación constaba de dos etapas. En primer lugar, tirar con los dos coches para separar el MAN de la duna y, tras quitar mucha arena, tirar del otro lado para ponerlo en pie. Y así fue como cuatro coches consiguieron poner en pie las 12 toneladas de nuestro camión. Los trabajos duraron casi dos horas, a las que hubo que sumar toda la labor posterior de puesta a punto. Nos gustaría, eso sí, agradecer a la organización su apoyo en todo momento, que nos han hecho sentir siempre respaldados y seguros”.

Tras una segunda noche en el desierto, Jordi Juvanteny pudo poner en marcha el camión hacia las 10 horas de hoy domingo, momento tras el cual se aventuró junto a sus compañeros en el reto de superar las temibles dunas hasta alcanzar el punto en el que les esperaba la asistencia. Iniciaron desde allí una larga ruta por carretera hasta Dammam que les ha servido para valorar su actuación a lo largo de estas dos semanas. La primera la resume Jordi Ballbé: “Nuestro primer reto era demostrar que una motorización híbrida de gasóleo e hidrógeno era viable, algo que hemos conseguido, en primer lugar, tras mucho trabajo técnico y de despachos previo al mes de diciembre, y, posteriormente, en carrera, donde los resultados nos permiten hablar de un éxito rotundo”.

Jordi Juvanteny añadía su lectura: “La primera conclusión es que el hidrógeno es completamente viable para el Dakar, algo que hemos demostrado a nivel prestacional y también de seguridad, como evidencia que, a pesar de haber volcado, el sistema sigue intacto y hemos podido agotar el depósito de hidrógeno en el tramo por carretera hasta Dammam”.

Completa la tesis José Luis Criado: “Nuestra historia en estas dos semanas confirma que un Dakar más limpio es posible. Volvemos a casa felices por nuestra condición de pioneros en la introducción del hidrógeno en la carrera